El café en Italia es todo un ritual, no es una bebida cualquiera. Las palabras espresso o capuccino suenan a Italia. Todo Italiano nada más despertarse se toman un café para empezar la mañana, pero durante el día también lo toman. Eso sí, cada tipo de café a su hora.
Antes de que se extendiera por todo el mundo se ha de contar que el café italiano coge su nombre de los hábitos de los Monjes Capuchinos (cappucio en italiano es capucha). El café capuccino fue un invento de Monje Marco d´Aviano. La bebida siempre ha sido conocida por su nombre italiano porque la maquina de café expresso con la que normalmente se hace, es un invento italiano. La patente es de Luigi Bezzera.
El café llegó a Italia como producto de lujo, con propiedades medicinales. Solo los más ricos podían disfrutarlo. Con las plantaciones cafeteras en América, y la masiva llegada de barcos mercantes, el café comenzó a bajar su precio. Esto hizo que se extendiera por todo el país y se convirtió en toda una cultura para este.
Capuccino para el desayuno
Para desayunar se toma un capuccino, que consiste en un parte de espresso al que se le añade leche y espuma. Servido en taza ancha y grande. Con la espuma, los expertos pueden hacer unos dibujos preciosos. Y a veces se corona con un poco de cacao espolvoreado o canela.
Es un café que solo y únicamente se toma por la mañana. Si te pidieras un capuccino más tarde las 11 de la mañana es como si estuvieras gritando: ¡Soy extranjero!
Espresso, ristretto y otras variantes de café.
Menos el capuchino, el resto de cafés lo toman durante el día. Es muy habitual ver a un italiano pedir un caffé en la barra de un bar, tomárselo de dos sorbos e irse. Si en Italia piden uno estos sin especificar, lo que te pondrán será un expreso.
El espresso italiano se prepara con café natural recién molido y se sirve en taza pequeña de porcelana, con unos 3 centímetros de líquido y una buena capa espesa de crema.
El ristretto tiene un sabor muy intenso. Se prepara con la misma cantidad de café que el espresso pero con menos agua.
Si el espresso te parece demasiado corto puedes pedir un caffè doppio. Es la unión de dos espressos en una sola taza. O un caffè lungo que es más suave, puesto que se preparar con el doble de agua.
Con leche
Si te gustan con leche puede pedir un latte macchiato “manchado”, se suele servir en vaso de cristal y es leche manchada con un poco de café. Por el contrario, el caffé macchiato es al revés, una taza de café manchada con un poco de leche.
¿Cual es tu favorito?